Ceremonia Aniversario 48 IPH
El pasado 17 DE Octubre, se realizó la misa en conmemoración de los 48 años de la institución y los 30 años de la fundación de la Escuela Padre Alberto Hurtado. También se celebraron los 30 años de vida de la escuela Padre Albero Hurtado.
Importante, resaltar la presencia de quien es responsable de la existencia del Instituto Padre Alberto Hurtado, TIA IRMA BASCUR, artífice de la creación y permanencia del IPH. Tía Irma, recibió el reconocimiento de toda la Comunidad y autoridades presente. Nuestra institución, en su quehacer diario, actúa en base a los valores personales que nos inculcó nuestra fundadora.
Carta funcionarios IPH a Tía Irma Bascur
Querida Tía Irma, hoy me ha correspondido decir algunas palabras en representación de todas y todos los trabajadores del Instituto Padre Alberto Hurtado.
Quiero comenzar llevando a vuestras memorias cómo surgió el Instituto Padre Alberto Hurtado. Y lo haré con las palabras que la tía Irma escribió en el primer anuario de nuestro establecimiento, en el año 2000. “Fue en los años 70 y 80 en que, como Jardín y Hogar Campanita, y con la misión ‘de servir a los más pobres entre los pobres, surgió este proyecto educativo basado en los valores cristianos y con una clara orientación en la promoción humana’. Nos insertamos en la comunidad, y se asumió un rol social fundamental, considerando el contexto histórico de ese momento, marcado por el desempleo y la falta de libertades”.
Fue en esos años, cuando nuestra querida tía Irma, estando a la cabeza de este gran sueño, junto al equipo de trabajo de aquella época, y gracias a la ayuda divina, crearon, a la luz de las enseñanzas de San Alberto Hurtado, nuestro Instituto educacional que actualmente lleva su nombre. Siempre con el propósito, como también escribió en el anuario, de “educar y capacitar a niños y jóvenes de escasos recursos o carentes de ellos”.
Hoy cumplimos 48 años. 48 años entregando educación integral de calidad y excelencia, junto a un gran equipo humano, con apoyo tecnológico, desarrollo personal y entrega de valores; sin dejar de lado la solidaridad, la dignidad y la participación en la labor educativa. Como fue siempre su objetivo al liderar esta comunidad.
Tía Irma, agradecemos la confianza depositada en cada uno de nosotros, y le agradecemos el hacernos parte de este gran proyecto educativo; que surgió de la necesidad de la comunidad, pero también de su anhelado sueño: servir a los más necesitados y ofrecerles lo mejor que pudiera lograr para ellos.
Durante estos 48 años han pasado muchas personas dejando lo mejor de sí en esta institución, sembrando junto a usted el entusiasmo, la alegría y el servicio en el trabajo educativo; también se han ido incorporando otras que han acogido lo que usted sembró y se han comprometido con este proyecto. Todos y todas, las de ayer y las de hoy, trabajamos para que cada día, con más fuerza, trascienda esta hermosa tarea que vivenciamos cotidianamente en este cerrito de Huechuraba.
Gracias por sus muestras de cariño que día a día nos daba al vernos en los pasillos de la escuela; por sus abrazos apretados y la energía que nos transmitía en cada uno de ellos. Por exigirnos en nuestros quehaceres y lograr que nuestro compromiso se renueve diariamente.
Gracias por acompañarnos en aquellos momentos de tristeza o desánimo, alentándonos a confiar en Dios y en que vendrían tiempos mejores.
¡Son tantos los momentos que hemos compartido que podría seguir toda la tarde!, pero hoy sólo quiero expresar, con mucha alegría y entusiasmo, que estamos felices de contar con su presencia, de celebrar en comunidad los 48 años de un gran sueño, que gracias a su perseverancia y entusiasmo se hizo realidad.
Gracias por caminar con todos nosotros y darnos la oportunidad de aportar un granito de arena a esta gran obra educativa que nos llena de orgullo y satisfacción. Gracias por hacernos parte de esta historia, de esta hermosa historia educativa que ha superado obstáculos, desafíos y momentos difíciles, pero que, finalmente, ha sabido mantenerse en el tiempo. Gracias por ser la persona que lo ha hecho posible.
¡Gracias, tía Irma, seguiremos trabajando por este querido instituto y la misión que nos encomendó! Muchas, muchísimas gracias!